Las personas que suelen contraer deudas son aquellas que se “premian” gastando en lo que les gusta, ej., ropa, zapatos, viajes; lujos que están más allá de su economía regular.
Piensa “yo me lo merezco, vivo trabajando”, “me sacrifico para darme los gustos”, “la vida es una sola”, “al cajón no me la voy a llevar”.
El dinero es para disfrutarlo, pero este tipo de conductas esconde la intención de “castigarse” de un modo inconsciente. Al contrario del discurso “me merezco disfrutar” lo que está por detrás de esta conducta en un “re-aseguro de sufrimiento”.
El período de disfrute que genera el gasto excesivo no se compara con todo el tiempo y la energía (vida) que la persona deberá invertir para pagar ese “lujo”, más la angustia de ver crecer la deuda de la tarjeta y los intereses que generan los préstamos.
Año a año la economía de estas personas empeora, la insatisfacción es mayor y por lo tanto la necesidad de escapar de esto aumenta.
¿Cómo? Volviendo a darse un “Lujo”, “una escapada”, etc., a la vuelta está más endeudado que antes y al poco tiempo la insatisfacción reaparecerá.
Si este texto te suena, es probable que registros erróneos en tu memoria celular estén tomando decisiones por vos.
Hay algo que sin darte cuenta estás “pagando”, una “deuda”, tal vez afectiva, tal vez contraída por algún ancestro.
Lic. Valeria Quevedo. Profesora Memoria Celular